Después de mucho tiempo en el anonimato, editando y borrando entradas estúpidas fruto mi maldito insomnio crónico y de mi pánico a las sábanas, soltaré mas estupideces, permaneciendo sin rostro.
Escribir me evade, y internet es una droga. Fusiono ambas cosas a altas horas de la noche, para conciliar el maldito sueño, que parece no llegar nunca. Según la psiquiatría asocio el acostarme a un trauma emocional. Cosas de niños, que ya madura aún me persiguen. Como la mayoría de personas que sufren esta fobia, comprendo que es un temor irracional, pero es por el momento difícil evitarlo. No veo monstruos ni fantasmas, no creo en la resurrección de los muertos, y aunque los tres cerditos vencieron al lobo, los somníferos no han podido conmigo, que soy medio superhéroe.
Así que aprovecho y me desgasto. Soy esponja. Curioseo. Me asusto y me inspiro. Me distraigo y me sorprendo. Me calmo o me altero, menuda desdicha. Observar, leer, pensar, buscar. Estos son simplemente, mis últimos minutos de cada día.
